El discurso de los influencers

Con las nuevas tecnologías y el auge de las redes sociales, nos encontramos frente a un nuevo mundo guiado por los influencers”. Seguramente no os preguntéis quienes son estos individuos, ya que hoy en día es muy complicado vivir al margen de ellos, sobretodo sí eres joven. La rae todavía no reconoce el término influencer en su diccionario, pero si la plantea en su observatorio de palabras como:

“Anglicismo usado en referencia a una persona con capacidad para influir sobre otras, principalmente a través de las redes sociales”

RAE

El observatorio de palabras de la RAE se encarga de resolver aquellas dudas sobre palabras y expresiones que no recoge en el diccionario. Esto no quita que la RAE acepte el uso de dichas palabras.

ACLARACIÓN

La clave para llegar a ser reconocido como un influencer es tener un alto número de seguidores en tus redes sociales gracias al contenido que creas y compartes. De esta forma poco a poco empiezas a entrar en la vida de estos mismos, como si formaras parte de ella, influyendo así en diferentes aspectos de sus vidas. Su forma de pensar, sus gustos, incluso en cómo deberían actuar. Ser influencer implica desempeñar un papel muy importante en la sociedad porque puede ser utilizado tanto para hacer el bien como para todo lo contrario.

En algunas redes sociales como son Instagram podemos encontrar usuarios con más seguidores que aquellos llamados celebrities. A continuación vamos a presentar en orden descendente algunos  de los ejemplos más influyentes en el panorama mediático:

  1. Aída Domenech (@dulceida): 2,8mm
  2. Paula Gonu (@paulagonu): 2mm
  3. María Pombo (@mariapombo): 1,6mm seguidores
  4. Laura Escanes (@lauraescanes): 1,5mm
  5. María Pombo (@mariapombo): 1,6mm seguidores

Como se ha comentado en anteriores entradas del blog, esta red social que estamos tratando es un pozo sin fondo en cuanto a complejos, envidia y daños emocionales. Pero no todo es tan negativo. Mediante estas nuevas figuras llamadas influencers se puede dar un giro de 180 grados. Estas personas pueden utilizar su gran poder de influencia en todos sus seguidores para transmitir ciertos valores de los que muchos jóvenes carecen. Y es aquí donde nos encontramos con la problemática. No todos los influencers utilizan su poder para “hacer el bien”. También podemos encontrar usuarios que se dedican a difundir discursos nocivos (F. Espinosa y E. Thalia, 2020). 

En esta red social hay múltiples aspectos muy controvertidos que provocan grandes debates, pero hay uno en concreto que no debería ni de plantearse. Adentrándonos en el tema de la salud, tanto mental como física, estas personas tan influyentes en las mentes de sus seguidores, algunos muy jóvenes, pueden ayudar poco a poco a cambiar todo esta parte negativa que nos proporciona la red social. 

La edad mínima para poder abrirse una cuenta de Instagram, en este caso, son los 14 años. Una edad muy temprana según muchas opiniones, para permitir a un joven pertenecer y formar parte de un mundo en el que todavía no tiene las capacidades necesarias para diferenciar entre realidad y ficción. Por esto mismo, las posturas de los influencers pueden ser de gran ayuda. Casi el 71% de los influencers sabe la gran responsabilidad que ello conlleva (Interactiva, 2018).

Fuente: Interactiva, 2018

Pero por otra parte tenemos un aspecto no tan “bondadoso” como es el hecho de ayudar a los jóvenes a quererse más a sí mismo y todo eso que parece tan bonito. Estamos hablando de la publicidad en redes sociales. Otro gran debate que divide a gran parte de la población es si ser influencer puede ser considerado como un trabajo. A estas personas no se les paga por crear contenido, pero sí por hacer publicidad en dicho contenido. Y por tanto, para poder llevar a cabo estas colaboraciones pagadas debe darse de alta como autónomo (blogBankia, 2018). Se critica el hecho de que muchos publicitan productos simplemente por el dinero, y otros únicamente lo hacen cuando realmente les gusta el producto. 

Como ya hemos comentado en anteriores entradas, hace tan solo unas semanas, la youtuber Dulceida publicó en su canal de YouTube un video explicando todo el trabajo que hace un influencer, además de desmentir muchos bulos. 

La publicidad en redes sociales – Dulceida (YouTube)

En este mismo explicaba que ella, al igual que la mayoría de sus compañeros, en sus inicios enseñaban los productos en sus redes sociales, gratuitamente, y por ello no se les criticaba sobre si realmente les gustaba o no. Por esto mismo ella planteaba la pregunta de por qué no lo iban a poder hacer, pero cobrando, por el simple hecho de que al final estás proporcionándole beneficios a una empresa. Aun así, se ha legalizado la obligación de avisar de alguna forma que aquello que se está mostrando es un contenido pagado o no, para así evitar de esta forma evitar la publicidad encubierta (B. G. Nieto, 2018).

Gracias a este video podemos entender un poco más la función de estas personas, plantearnos si realmente consideramos lo que ellos hacen como un trabajo, y dejar de propagar ciertos prejuicios sin saber sobre un tema. Pero también entender que de la misma forma que los seguidores hacen que esa persona se mantenga ahí, no está de mas mostrarles y propagar un discurso que muestre unos valores éticos y morales. Hablamos constantemente de los jóvenes, porque son el colectivo más vulnerable, pero esto no implica desplazar a los demás. 

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